Aunque sientas cansancio,
aunque el triunfo te abandone,
aunque lamentes los errores
aunque un negocio se quiebre,
aunque una traición te hiera,
aunque el dolor queme tus ojos,
aunque una ilusión se apague,
aunque ignoren tus esfuerzos,
aunque la ingratitud sea la paga,
aunque la incomprensión corte tus risas,
aunque todo parezca nada...
No importa, vuelve a empezar!
Pues tú eres más grande que tus desaciertos
y eres valioso ante los ojos del más grande Dios.
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