lunes, 19 de noviembre de 2012

BUENAS INTENCIONES: (Relato de la tradición Sufí)



Había una vez un pájaro que no volaba.

No especifica el relato si era un ave que no poseía el don del vuelo, si no había tenido nunca deseo de experimentarlo, o si quizás le había faltado a su lado un pájaro que le enseñase con su ejemplo la forma de elevarse, sustentarse en el aire y volar.

Se sabe, sin embargo, que cada día buscaba y encontraba su alimento, caminando por el suelo, como un pollo.

Sucedió que a través de una combinación de circunstancias, el huevo de un pájaro volador fue empollado por éste que no volaba, y a su debido tiempo nació el pichón.

Resultó que ya desde el nido, mientras elevaba y abría el pico para recibir el alimento, observó el vuelo de algunas aves y le habló a su madre adoptiva, diciendo:

- ¿Cuándo volaré?

El pájaro atado a la tierra no supo qué responder porque no sabía cómo enseñarle al pichón a volar, ni siquiera sabía cómo arrojarlo del nido de manera que aprendiese. Así que le dijo:

- Persiste en tus intentos de aprender a caminar, como las otras aves de este corral. Aprende a encontrar tu alimento. ¿Para qué ir hasta las nubes cuando a tu alrededor puedes hallar el sustento necesario?

Y cada día aumentaba la confusión del pajarillo preso en pensamientos y sentimientos contradictorios debido a su incipiente pasión por el vuelo y a la gratitud que sentía hacia el ave que lo había empollado.

"Sin este servicio" se decía a sí mismo, "seguramente estaría aún en el huevo". Y aún otras veces añadía: "Quien puede empollarme, seguramente debe poder enseñarme todo lo que necesito en cada momento".

Pero también algo en su interior se expandía cuando observaba a las aves que surcaban el cielo.

Y esa sensación aumentaba cuando veía a un gran pájaro descender muy cerca suyo, posarse sobre la valla del corral y al poco volver a alzar el vuelo.

- ¡Mañana lo intentaré!-, se prometía una y otra vez.

No cuenta el relato sobre la forma que tuvo el futuro del pájaro en el corral. Quizás logró volar o quizás no.

Poseía una visión que le motivaba.

Pero en cada sueño de cambio hay una posibilidad de transformación y una posibilidad de estancamiento.

Y en medio un puente: aquel que permite llegar desde el anhelo hasta el logro.

Transitarlo es apoyar el despliegue de nuestro pleno potencial.

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